Las incipientes inclemencias climatológicas que a lo largo de la tarde no dieron un solo minuto de tregua impidieron que la Procesión de la Soledad saliera a las calles de Laredo como es habitual en la Semana Santa pejina.
A las siete de la tarde comenzaron los actos litúrgicos de Adoración de la Cruz y La Pasión, con una iglesia parroquial de Santa María de la Asunción totalmente repleta de fieles.
Todos los portadores de los diferentes pasos procesionales estaban preparados con sus indumentarias esperando a que el tiempo diera una tregua para poder procesionar.
Una vez terminados los actos litúrgicos y anunciada la noticia de la suspensión la Peña del Tío Simón entonó los acordes de la Salve Marinera que todos los allí presentes cantaron al unísono.
Tendremos que esperar un año para presenciar esta centenaria procesión, de las mas antiguas de Cantabria, por las calles de Laredo.